Biografía

Dunya nació en 1954, en Croacia, en una familia católica y tuvo un hermano que hoy es medico. Estudió inglés y literatura comparada en la Universidad de Zagreb, de muy joven entró en el mundo del teatro,  y con 21 año fundó el grupo Kugla Glumiste (Teatro Esfera) anteriormente Teatro Satírico Estudiantil. En este grupo Dunya fue una de las figuras más importantes y carismática que defendía con valor la necesidad de un teatro que dejase de ser arte para convertirse en vida (un presupuesto, como veremos, peligroso para el desarrollo de su persona). Dunya se casó con uno de sus compañeros de teatro, Zlatco Buric, del cual mas tarde se separó.
Los amigos españoles de Dunya saben muy poco acerca de esta época de su vida, ya que hablaba de ella confusamente y con poco entusiasmo. Todo lo que sabemos es que el teatro y el entorno artístico marcaron mucho su carácter, su desarrollo psíquico e influyeron en las decisiones que tomó.

A principios de los '80 realizó su primer viaje a Marruecos, a Tanger, meta en aquel entonces de bohemios y artistas. El viaje surgió entre otras cosas, como necesidad de alejarse del marido a causa de una decepción amorosa.
En este viaje Dunya vivió unas experiencias muy intensas acercándose al Islam, que le ofreció un significado más profundo de la vida y de la familia, y se le presentó como un refugio al caos de una vida en la que no hay barrera entre sujeto creador y objeto artístico.
Este acercamiento al Islam se produjo a través y gracias a la figura de un chico marroquí que se enamoró de ella y fue correspondido.
En este primer viaje Dunya se convirtió al Islam por primera vez.

Cuando volvió a Croacia siguió trabajando en el teatro y la televisión, y es casi seguro que realizó un segundo ritual de conversión (Shahada) en Bosnia. Esto la alejó definitivamente de la familia: los padres la rechazaron y se separó del marido que no tenía interés por el Islam. 
En 1984 Dunya realizó su ultima actuación en la representación “Fashion Show” y finalmente dejó Croacia para siempre y se dirigió a Marruecos.

Ahí se reencontró con el chico marroquí y juntos pensaron en casarse. La familia de él estaba de acuerdo, pero su primera esposa no aceptó la boda. Dunya se fue de Marruecos sola y con su sueño de tener una familia nuevamente frustrado.
Después de este acontecimiento vivió en varios lugares, viajó por países del Magreb donde en una ocasión causó un incidente en la frontera con Argelia: leyendo el Corán en publico incitaba a los presentes a un levantamiento contra la autoridad del capital internacional. Quizás por situaciones parecidas o por la falta de visados, fue deportada a su ciudad natal en la que no quiso quedarse. Desconocemos como Dunya consiguió cambiar el apellido familiar Koprolcec por el nuevo Hirschter, pero consiguió volver a salir de su país con nuevos documentos.

En España vivió un año en Madrid, en el parque de la Mezquita de la M30, alimentándose gracias a la caridad de la comunidad musulmana y durmiendo en la Mezquita. Para Dunya fue una época durísima, se sentía muy desprotegida y tenía frecuentes crisis nerviosas. Escuchaba voces y se sentía perseguida. Por aquel entonces, en el parque, comenzó a trabajar en una labor de bordado de un gran manto, que lamentablemente no se conserva.*

De allí viajó a Málaga donde conoció a unas personas de Granada que le ofrecieron trabajo y la llevaron a esta ciudad que para ella era símbolo de convivencia entre musulmanes, cristianos y judíos. El trabajo no le duró porque Dunya tenía un comportamiento extraño, que asustaba a la gente, pero en Granada se encontró en una ciudad más pequeña y amable; y en la que podía contar con el apoyo de una grande y unida comunidad musulmana. 
Así es como Dunya llegó a Granada y se estableció gracias a un entorno favorable. La comunidad musulmana de Granada, constituida por mucho conversos como ella, se concentra en el Albaicin, antiguo barrio árabe que desde 2003 tiene una nueva Mezquita.

A causa de su falta de recurso, su vida en Granada dependía del apoyo y ayuda económica de la comunidad. Durante largas temporadas Dunya vivió con varias familias que le ofrecieron cobijo hasta que sus ataques psicóticos la obligaban a buscar un nuevo lugar. Más de una vez Dunya fue ingresada en el hospital por trastornos psíquicos y en una de estas ocasiones la misma comunidad musulmana decidió enviar a Dunya de vuelta a Croacia para que su familia se hiciera cargo de ella.

La acompañó en el viaje una amiga. Sería la primera vez después de años que Dunya volvería a tener contactos directos con la familia que la rechazó. Pero al llegar a Croacia descubrió que su madre había muerto y solo le quedaba el hermano, quien no la había avisado de la perdida.

Así Dunya volvió a España y gracias a la ayuda de su amiga consiguió recibir una pequeña pensión del hermano, que le permitía tener algo de autonomía. Vivió en varias casas en las que probablemente no pagaba el alquiler, debido a las malas condiciones de la construcción.
Pasaba los días entre la Mezquita del Albaicin, donde hacía muestra de una devoción exagerada y de un profundo conocimiento del Corán, y su casa, en la que se aislaba del mundo. Sus actividades favoritas eran el bordado, el dibujo y el ensamblaje de todo tipo de objeto: todas muestras de su devoción hacia su nuevo dios. Vivía una vida austera de religiosidad en la que tendía a aislarse del entorno mundano, aunque a veces participaba a eventos sociales en la Mezquita o recibía a sus amistades.
En esta época de su vida no hablaba mucho de la Dunya actriz de vanguardia. Ahora todos sus esfuerzos artísticos se dirigían a Allah a través del arte textil y visual.

Sus amigas coinciden en describir a Dunya como una persona culta, para nada frivola, devota y que llevaba muchos velos que le cubrían toda la frente. Dunya sufría por no tener una familia musulmana y porque su familia no la siguió en su conversión. Hablaba muchos idiomas y entre ellos el árabe marroquí.
Pero esta Dunya era la misma que se ponía ropa muy extravagante manipulada y decorada por ella: ropa muy llamativa que a la vez producía curiosidad y rechazo. La misma Dunya que en la calle realizaba acciones entre lo teatral y lo psicótico, que sin mas precisión no podemos inscribir en una época de ataques o de lucidez. Y otra vez la misma persona que oía voces que la hacían bailar flamenco en mitad de la noche, o arrastrar un ramo gigante de jazmín obtenido de la poda de un carmen del Albaicin.

En 2008 murió en soledad. Sus amigas, alarmadas después de su ausencia durante unos días, la buscaron en su casa y la encontraron sentada en la cocina con el la mano el Tasbih, el equivalente al rosario cristiano.
Dicen sus amigas más cercanas que ella esperaba la muerte.

* Agradecemos a Graciela García por este fragmento trato de su estudio biográfico sobre el artista.